Las hemorroides sangrantes son aquellas que producen hemorragia independientemente de donde estén situadas.

¿Por qué aparecen las hemorroides sangrantes?

La causa de hemorroides sangrantes suele ser el aumento de la presión que provoca que las venas de la zona pélvica y rectal y los tejidos se inflamen. Ello puede suceder en determinadas circunstancias como son:

  • Aumento de presión en la zona durante elembarazo.
  • Empuje realizado en el parto.
  • Estreñimiento crónico (por el repetido esfuerzo realizado para evacuar el intestino y el peso aumentado que debe mantener la zona) y la diarrea.
  • Vida sedentaria con periodos prolongados en la misma posición sentada.
  • Realizar esfuerzos durante el levantamiento de objetos pesados.
  • Envejecimiento por el debilitamiento de los tejidos.
  • Cirrosis hepática.
  • Factores hereditarios (alteraciones de la circulación como varices en miembros inferiores o en zona intrapélvica, sobrepeso/obesidad,…).

En numerosas ocasiones, las hemorroides son asintomáticas. Y si cesa el elemento causante, pueden desaparecer en unos días por sí mismas.

Las hemorroides externas pueden sentirse como un bulto duro o blando según haya solo inflamación o que se le añada un sangrado bajo la piel o mucosa, provocando picor o comezón, y causando dolor al realizar la higiene de la zona.

En el caso de las hemorroides internas, el síntoma más llamativo es el sangrado que se detecta después de la defecación, observándose sangre en el papel higiénico y, a veces, en la taza del inodoro. En los casos de protusión también es posible que pueda aparecer mucosidad en el papel higiénico o que estén acompañadas de dolor y prurito. La protusión o prolapso de la mucosa hemorroidal interna que a veces se puede reducir manualmente durante la higiene es imposible por ser muy doloroso incluso tocarlas.

En algunos casos, las hemorroides externas pueden presentar complicaciones como la trombosis hemorroidal provocando hinchazón, un bulto duro de color violáceo y doloroso. Las hemorroides trombosadas o congestionadas con sangre coagulada en su interior se producen cuando la protusión y la constricción ocluyen la circulación de retorno o de vaciamiento del plexo venoso hemorroidal causando dolor intenso, y si no es tratado, puede acabar necrosándose y ulcerándose.

¿Cómo actuar ante las hemorroides que sangran?

Cuando sangran, las hemorroides suelen hacerlo con una sangre muy roja y clara, acompañándose en muchas ocasiones de prolapsos (salida de bultos fuera del canal anal). Por lo general, este prolapso suele ser reducible por parte de la propia persona, pero cuando llega a producirse de forma frecuente puede convertirse en algo permanente llegando a costar la reducción dentro del ano.

El hecho de tener sangrado durante la defecación o después de la misma es motivo para acudir a un proctólogo para que pueda valorar qué es lo que está sucediendo y cual es el mejor tratamiento según tu caso.

Las hemorroides pueden diagnosticarse con una exploración visual o, si estas se encuentran en la parte interna, se podrá introducir por el canal rectal un pequeño tubo con o sin cámara pero con una luz fría posteriorpara facilitar el diagnóstico por parte del proctólogo.

Algunas recomendaciones para evitar el sangrado hemorroidal

Para evitar el sangrado de las hemorroides, lo primero que hay que atajar es el trastorno en sí:

  • Llevar una dieta equilibrada y saludable que ayude a evitar el estreñimiento
  • Baños de asiento de agua templada para la inflamación.
  • Cremas anestésicas y supositorios para el dolor y la inflamación.
  • Evitar el uso de jabones irritantes.

En pacientes en los que los tratamientos sintomáticos no resultan efectivos, o en casos más graves de trombosis, necrosis y ulceración, se considerará la intervención quirúrgica por parte del experto en Proctología.

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