Tratamiento de las fisuras anales

Según el grado de afectación las fisuras anales pueden tratarse mediante tratamiento médico terapéutico o bien a través de tratamiento quirúrgico.

Se indica un tratamiento conservador a base de cremas para aliviar los síntomas. Estas pomadas pueden ser anestésicas para evitar el dolor durante y después de la defecación, reparadoras para promover la cicatrización o vasodilatadoras para ayudar a la relajación del esfínter. Además de esto, se recomienda al paciente mantener una dieta saludable y llevar una óptima higiene personal aplicando baños de asiento para relajar la musculatura de la zona anal.

El Instituto Proctológico Dr. Padrón ha incorporado a sus servicios el tratamiento de fisuras anales con toxina botulínica, técnica que paraliza temporalmente el esfínter anal, favorece la llegada de sangre a la zona de la fisura y, por lo tanto, su cicatrización. Sin cirugía y con más efectividad que las cremas, presenta muchas ventajas frente otros tratamientos.

En caso de que el tratamiento médico no haya hecho el efecto adecuado se plantea al paciente la posibilidad de una intervención quirúrgica denominada esfinterotomía lateral interna o ELI.  que se realiza de forma ambulatoria y hoy en día es bastante segura. Esta intervención es la única forma de resolver por completo el proceso de la fisura anal.

Se trata de una intervención sencilla que se realiza de manera ambulatoria bajo anestesia local y que mejora de forma inmediata el cuadro de dolor agudo que suele presentar el paciente. Aunque en torno a la esfinterotomía existe una polémica debido al riesgo de incontinencia, hoy en día es una cirugía muy segura y, además, es la única forma de resolver por completo el proceso de la fisura anal. Por esta razón, es imprescindible que esta intervención sea realizada solamente por un cirujano especializado en proctología.

La esfinterotomía se puede hacer de distintas formas: abiertas, cerradas, laterales o internas. Consiste en cortar parte de las fibras del esfínter anal interno para quitar la contractura del esfínter y hacer que los bordes de la fisura se vuelvan a cerrar. Normalmente se acompaña la esfinterotomía de un legrado del lecho de la fisura, es decir, refrescar un poco la zona de la fisura para que se estimule un poco y empiece a cicatrizar más rápidamente. Se realiza de forma ambulatoria y su duración suele ser de unos cinco minutos una vez esté todo preparado.

En cuanto a los cuidados postoperatorios éstos son sencillos de realizar. Simplemente se trata de mantener los lavados y la higiene personal además de tomar analgésicos y antibióticos (siempre obligatorios en este caso) y acudir a revisiones periódicas para el seguimiento médico.

Una fisura anal es una grieta en el margen anal que se produce normalmente por esfuerzos y desgarros. Sin embargo, ese tipo de grieta o erosión puede estar situada en diferentes zonas del margen anal y dependiendo de dónde esté localizada el paciente tendrá unos síntomas u otros.

Todas las heridas del margen anal van a afectar a la movilidad de los esfínteres anales, es decir, los momentos en los que el paciente va a defecar, expulsar un gas o hacer movimientos de contracción al sentarse. Esto sucede porque los esfínteres anales tienen una alta sensibilidad debido a las terminaciones nerviosas receptivas de la zona. Este aumento de sensibilidad es el responsable de que exista una sensación de dolor intensa cuando existe una fisura en el margen anal.

Una fisura anal es una grieta en el margen anal que se produce normalmente por esfuerzos y desgarros. Sin embargo, ese tipo de grieta o erosión puede estar situada en diferentes zonas del margen anal y dependiendo de dónde esté localizada el paciente tendrá unos síntomas u otros.

Todas las heridas del margen anal van a afectar a la movilidad de los esfínteres anales, es decir, los momentos en los que el paciente va a defecar, expulsar un gas o hacer movimientos de contracción al sentarse. Esto sucede porque los esfínteres anales tienen una alta sensibilidad debido a las terminaciones nerviosas receptivas de la zona. Este aumento de sensibilidad es el responsable de que exista una sensación de dolor intensa cuando existe una fisura en el margen anal.

Tratamiento de fisuras - Instituto Proctológico Doctor Padrón

El dolor, el picor y la sensación de ganas de defecar, el tenesmo rectal, son los síntomas más frecuentes de las fisuras anales. Esta sintomatología no es solamente producida por la grieta o la herida en sí sino porque el esfínter anal que está debajo se empieza a contraer y a cerrar lo que produce una sensación de tensión en la zona.

El diagnóstico de las fisuras anales siempre debe ser realizado por un profesional médico, sobre todo por un proctólogo cualificado. La única forma de realizar un diagnóstico certero es que el proctólogo explore la zona debidamente para determinar el problema ya que en ocasiones se confunde con otras patologías.

Existen diversos motivos que pueden llevar a la aparición de una fisura en el canal o el margen anal. Las más comunes son los esfuerzos defecatorios sobre todo en el caso de las heces duras, las diarreas fuertes y los esfuerzos producidos por los partos vaginales. En ocasiones, además de estas causas también se pueden ver desgarros producidos debido a una inadecuada práctica durante las relaciones sexuales anales.

El tratamiento para la fisura anal puede oscilar entre los 800 y los 1.200 euros según las características del paciente.

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