La fisura anal se puede curar con toxina botulínica

La fisura anal es una pequeña herida o desgarro a nivel de la mucosa anal que se cura espontáneamente o bien con medidas higiénico-dietéticas básicas. Es frecuente en personas que tienen dificultad defecatoria por tener el esfínter anal más contraído de lo habitual (hipertonía), lo que disminuye la llegada de sangre a la mucosa anal. Esto retrasa la cicatrización de la fisura y genera un círculo vicioso: dolor, contracción del esfínter y dificultad para la cicatrización.

Los tratamientos habitualmente se dirigen hacia la relajación de los músculos del esfínter anal ya que, disminuyendo la presión esfinteriana, aumenta el flujo sanguíneo en la zona y ayuda a curar las fisuras. El Instituto Proctológico Dr. Padrón ha incorporado a sus servicios el tratamiento de fisuras anales con toxina botulínica, técnica que paraliza temporalmente el esfínter anal, favorece la llegada de sangre a la zona de la fisura y, por lo tanto, su cicatrización. Sin cirugía y con más efectividad que las cremas, presenta muchas ventajas frente otros tratamientos. Si presentas dolor durante o después de la defecación, sangre de color rojo brillante en las heces o picazón alrededor del ano, acude inmediatamente a nuestros centros para ser valorado. Puedes pedir cita a través de formulario o en los teléfonos 928 244 713 (Gran Canaria)/ 922 257 820 (Tenerife).

 

El Instituto Proctológico Dr. Padrón, centro proctológico de referencia en Canarias, incorpora a su cartera de servicios el tratamiento de fisura anal con toxina botulínica.

La toxina botulínica tiene numerosas aplicaciones en medicina estética, así como para otra clase de patologías, como por ejemplo en enfermedades con parálisis espásticas. El Instituto Proctológico Dr. Padrón incorporta este tratamiento en el campo de la Proctología, concretamente para tratar las fisuras anales por su gran eficacia y excelentes resultados.

La fisura anal es una herida en el borde del ano, originada a raíz de un episodio de estreñimiento en la mayoría de los casos, aunque también puede aparecer tras una defecación diarreica. Esta pequeña herida produce la contracción de unas fibras circulares denominadas esfínter interno. La contracción de estas fibras por un lado produce dolor, y por otro lado, impide la curación de la fisura. La fisura anal es, por lo general, completamente benigna pero, con frecuencia, extraordinariamente dolorosa.

La técnica consiste en dos pequeñas inyecciones a nivel del esfínter anal interno. Se realiza de manera ambulatoria y se puede hacer vida normal después del procedimiento. Es una técnica bien tolerada por los pacientes. No necesita anestesia general o epidural, aunque puede aplicarse un anestésico tópico antes de la intervención para disminuir las molestias.

El paciente notará una rápida mejora durante las primeras 72 horas, que es el tiempo necesario para que el tratamiento actúe sobre el espasmo esfinteriano.

El tratamiento, al ser poco agresivo para el paciente, está especialmente indicado en los siguientes casos:

  • Los tratamientos conservadores (cremas) no han funcionado.
  • Cuando la cirugía está contraindicada por la patología de base del paciente.
  • Como tratamiento de segunda línea en caso de recidiva tras la cirugía.

En general, suele recomendarse a:

  • Pacientes con patologías cardiacas  como insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), patologías valvulares, infartos al miocardio recientes; patología neurológicas como serían cuadros de hemiplejia o hemiparesia o posterior a cirugía de hernias discales, patologías hepáticas y renales. No está específicamente contraindicado en pacientes anticoagulados, solo se precisa mayor cuidado por los riesgos aumentados de sangrado y de hematomas.
  • Personas con fisuras crónicas con mucho dolor también pueden solicitar y tener acceso al procedimiento.
  • Cuando el/ la paciente lo solicite (siempre que haya indicación quirúrgica, es decir, contractura esfinteriana y dolor intenso), pudiendo ser en este caso de 1era línea por el dolor intenso.
  • Indicado también en pacientes que tienen miedo o temor a la cirugía.

No se requiere ningún cuidado especial, solo no manipular la zona donde se colocó la toxina botulínica en las primeras 24 horas y seguir algunos consejos generales:

  • Se recomienda reposo relativo durante las primeras 24 horas tras la intervención, así como acudir a control pasados 3 días de la misma para valorar la evolución.
  • Evitar tomar Ácido Acetil Salicílico (AAS) en las horas siguientes para evitar el riesgo de sangrado.
  • Recordar al paciente que no se comprima ni se manipule la zona por 3 horas para evitar la difusión no deseada al torrente sanguíneo.
  • Mantener el área anal seca.
  • Limpiarse con materiales suaves.
  • Evitar la irritación del recto.
  • Evitar el estreñimiento o diarrea.

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