Fisura anal

Las fisuras anales son muy frecuentes en los bebés, aunque también pueden afectar a personas de cualquier edad. La mayoría de las fisuras anales mejoran con tratamientos simples, como por ejemplo consumir más fibra o hacerse baños de asiento. Algunas personas con fisura anal podrían necesitar medicamentos o, en ocasiones, cirugía.

Pueden producirse al evacuar heces grandes y duras. Las fisuras anales suelen provocar dolores y sangrado durante la evacuación intestinal. También podrías sentir espasmos en el anillo de músculo que está en el extremo del ano (esfínter anal).

Los  síntomas de una fisura anal incluyen:

  • Dolor, a veces, intenso, durante las evacuaciones intestinales
  • Dolor, que puede durar hasta varias horas, después de las evacuaciones intestinales
  • Sangre de color rojo brillante en las heces o en el papel higiénico después de una evacuación intestinal
  • Picazón o irritación alrededor del ano
  • Una grieta visible en la piel que rodea el ano
Tratamiento de fisuras - Instituto Proctológico Doctor Padrón

Causas de la fisura anal

Las causas frecuentes de la fisura anal incluyen:

  • Expulsión de heces grandes o duras
  • Estreñimiento y esfuerzo en las evacuaciones intestinales
  • Diarrea crónica
  • Inflamación de la región anorrectal, causada por la enfermedad de Crohn u otra enfermedad intestinal inflamatoria
  • Parto

Consiste la fisura anal, en una simple herida en el borde del ano, originada a raíz de un episodio de estreñimiento en la mayoría de los casos, aunque también puede aparecer tras una defecación diarreica. Esta pequeña herida produce la contracción de unas fibras circulares denominadas esfínter interno. La contracción de estas fibras por un lado produce dolor, y por otro lado, impide la curación de la fisura. La fisura anal es, por lo general, completamente benigna pero, con frecuencia, extraordinariamente dolorosa.

La operación de fisura más frecuentemente utilizada por nuestro equipo es la denominada esfinterotomía lateral interna. Es una operación que realizamos habitualmente con anestesia local, consiste en la sección parcial de las citadas fibras, produciendo de modo indirecto, la desaparición progresiva del dolor y la curación de la misma.
La herida practicada para esta operación es extraordinariamente pequeña, prácticamente imperceptible, por lo que no lleva puntos ni tiene, en la práctica, postoperatorio. Las gasas que se dejan como apósito sólo tienen como finalidad realizar una compresión externa que evite o modere el posible hematoma consecuencia de este pequeño corte. El apósito puede retirarse a las pocas horas no precisando, al día siguiente, cura alguna pudiendo realizarse la higiene de esa zona sin precaución especial alguna. El dolor en la próxima defecación suele ser menor al que el paciente solía presentar antes de la operación, desapareciendo de modo progresivo en los próximos días.
En caso de precisar una exploración anal no urgente es aconsejable esperar por espacio de dos meses pues ésta exploración suele ser dolorosa durante este tiempo, aunque el paciente esté sin dolor alguno.
Estas intervenciones se realizan con anestesia local, sin ingreso en clínica. Esta operación no suele precisar baja laboral.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una fisura anal incluyen:

  • Primera infancia. Muchos bebés sufren una fisura anal durante el primer año de vida, aunque se desconoce la causa que la origina.
  • Edad avanzada. Los adultos mayores pueden sufrir una fisura anal a causa de la circulación lenta que reduce el flujo sanguíneo en la zona del recto.
  • Estreñimiento. El esfuerzo durante la evacuación intestinal y la eliminación de heces duras aumenta el riesgo de desgarro.
  • Parto. Las fisuras anales son más frecuentes en las mujeres después del parto.
  • Enfermedad de Crohn. Esta enfermedad intestinal inflamatoria causa la inflamación crónica del intestino, por lo que el revestimiento del conducto anal puede volverse más vulnerable a los desgarros.
  • Relaciones sexuales anales.
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