El sangrado anal debe ser un motivo de consulta médica proctológica ya que es un síntoma de diferentes patologías, la mayoría benignas y con un tratamiento efectivo y sencillo.

Las hemorroides frecuentemente provocan un ligero sangrado que se observa al ir al baño. Suele ser una sangre muy roja en el papel tras limpiarse o unas gotitas en el inodoro. Si bien suele ser un sangrado puntual y poco importante, puede llegar a provocar anemia. Por lo tanto es importante tratar las hemorroides.

Las fisuras anales y las fístulas perianales también pueden ser una causa de un sangrado similar al descrito anteriormente.

En estas dos patologías no siempre hay sangrado y la sintomatología más típica es el dolor, especialmente en el caso de la fisura anal (intenso dolor tras la defecación).     

Si se trata de un sangrado muy abundante y acompañado de otros síntomas como palidez o sudoración, debe dirigirse inmediatamente a un centro de urgencias.

En caso de observar una sangre más oscura o mezclada con las heces probablemente sean necesarias pruebas médicas complementarias a una exploración con tacto rectal para un correcto diagnóstico.