Si sabes lo que es la proctología (especialidad médica que trata la zona rectoanal) puede sonar a chiste que en tu botiquín casero tengas remedios proctológicos, pero creemos que en caso de padecer molestias ligeras ¡agradecerás tener un botiquín bien equipado!
A continuación, enumeramos algunas sugerencias y te explicamos para qué sirven:
La vaselina.
¡En serio! Es el “remedio casero” más útil y a la vez más inocuo (no puede hacerte daño) de tu botiquín proctológico. La vaselina es un gel lubricante y aislante que podemos utilizar para:
- Diarrea: La diarrea puede irritar la zona anal y con la vaselina se protege la zona aliviando el escozor. Además, si la diarrea persiste la vaselina aísla y protege la piel evitando la quemazón que puede producir la acidez de la diarrea sobre la piel ya irritada. La vaselina te va a ayudar con el dolor leve pero es prudente acudir al médico si la diarrea es persistente ya que puede llevar a una deshidratación y debemos descartar que se trate de alguna cuestión grave.
- Irritación/prurito: La irritación y el picor en la zona anal puede deberse no solo a una diarrea, puede ser debido al rozamiento o el sudor. Si es una irritación leve de la piel, la vaselina es un buen protector que puede dar un alivio inmediato.
- Bultos en la zona anal: Las hemorroides o trombosis hemorroidales pueden manifestarse como bultos que se notan a la hora de defecar o como una bolita en el borde anal. Estas patologías es aconsejable que sean tratadas por un proctólogo o proctóloga, pero la vaselina también puede aliviar el picor o la molestia asociados a estos bultos. Una ligera presión (no debe causar dolor) puede ayudar a reducir los bultos (“ayudarlos” a volver al recto) y la vaselina lubrica y protege la zona.
Unos guantes de látex (¡ojo con las alergias al látex!).
La vaselina puedes aplicarla con las manos limpias, pero utilizar unos guantes puede ser cómodo. Si se estima necesaria la utilización de guantes para reducir un bulto de la zona anal lo más probable es que sea aconsejable que la maniobra la haga personal sanitario y acudir a un centro de proctología.
Después de un parto puede darse una aparición puntual de hemorroides: ayudar con una ligera presión a que los bultos vuelvan al interior del recto puede ser una maniobra muy positiva que evita que se congestione la zona.
Cremas proctológicas.
En farmacia se encuentran cremas proctológicas que sirven para tratar fisuras anales pequeñas o para aliviar las molestias de una pequeña trombosis hemorroidal. Se dispensan sin receta médica y pueden ser indicadas en algunas ocasiones.
Es muy aconsejable que estas cremas sean aplicadas cuando hay un diagnóstico adecuado de la patología por tanto NO es aconsejable la auto-administración de estas cremas (ni de ningún otro medicamento).
Baños de asiento.
No es exactamente algo que “tengamos” en el botiquín, pero es un tratamiento “casero”. Consiste en poner agua habitualmente tibia en el bidé o en una palangana y sentarse.
Estos baños ayudan a relajar la musculatura perianal y del suelo pélvico, mejorando en muchas ocasiones el dolor asociado a algunas de las patologías.
Aplicar frío en la zona anal.
Puede utilizarse hielo o bolsas de frío. A diferencia del baño de asiento que se pone el agua en contacto directo con la piel, cuando se aplica frío nunca debe hacerse en contacto directo con la piel, es decir, debe cubrirse el hielo o la bolsa de frío con un paño limpio y aplicar un frío moderado.
El frío ayuda a bajar la inflamación en la zona anal vinculada a las hemorroides o a una trombosis hemorroidal. No debe aplicarse más de 5 minutos.
Preservativos (condones).
La desinformación es un gran enemigo de la salud pública, y los tabúes conllevan desinformación, por tanto, no debemos dejar de mencionar las enfermedades de transmisión sexual (ETS) aunque sean incluso más tabú que hablar de proctología.
La ETS proctológica más frecuente es el condiloma acuminado (verrugas blanquecinas que pueden aparecer en la región anal, periné o genitales) y se puede contagiar en relaciones sexuales tanto heterosexuales como homosexuales.
La proctología en general trata patologías benignas, es decir, que no suelen ser enfermedades graves.
Aun así los problemas proctológicos pueden ser muy molestos y deteriorar enormemente la calidad de vida de quien los sufre.
La mayoría de las veces sencillos tratamientos o pequeñas intervenciones sin necesidad de ingreso hospitalario son una solución efectiva casi inmediata.
Los remedios caseros son adecuados para molestias leves, pero siempre debemos ponernos en manos de una persona experta y tener un buen diagnóstico para asegurar que no estamos ante un problema grave de salud.
Recuerda: nunca debemos dejar de acudir a nuestro médico de cabecera o al proctólogo/a si los síntomas persisten.