La fístula sacra, también conocida como sinus o quiste pilonidal, es una infección crónica en la zona sacrocoxígea (al final de la espalda por encima del surco interglúteo) que suele aparecer especialmente en personas jóvenes (entre los 15 y 30 años) y, si bien no es grave, suele ser muy molesta. Habitualmente, si no se trata con una sencilla intervención quirúrgica puede aumentar en complejidad.

¿Cómo se manifiesta una fístula sacra?

La fístula sacra o quiste pilonidal suele debutar en la adolescencia por un absceso. El paciente, de repente, refiere un dolor en la zona sacrocoxígea, una inflamación que a veces se confunde con un golpe.

En algunas ocasiones, drena de forma espontánea y otras veces necesita drenar con un poco de anestesia local. Después del proceso agudo, queda un pequeño orificio: si se mira con detalle, generalmente suele haber más de uno donde la espalda termina y comienza el surco interglúteo, que periódicamente supura un poco. El paciente nota que mancha la ropa interior y que tiene molestia.

Puede pasar como en las fístulas perianales, con largos periodos de tiempo sin síntomas, lo cual no quiere decir que haya curado.

Más frecuente en hombres que en mujeres

El sinus pilonidal es más común en hombres que en mujeres (cuatro hombres por cada mujer) y puede ser único o múltiple. En la gran mayoría de casos, el quiste crece hacia arriba y solo en muy pocos casos (aproximadamente un 7%,) lo hace en dirección caudal, hacia abajo, con lo que puede llegar a producir una fistula anal.

Es una enfermedad recurrente, por lo que no es extraño que pueda reaparecer otra vez incluso tras haber aplicado cirugía. Además, es importante que los pacientes cuiden la zona, manteniéndola limpia, seca y sin vello.

Posibles causas

Se desconoce la causa exacta de los quistes pilonidales, aunque su aparición está relacionada con  la incrustación de algún pelo, alojándose e infectando el área hasta formar el quiste. Otras causas pueden ser el aumento de fricción y presión sobre el coxis, especialmente si se está muchas horas sentado; usar ropa ajustada o montar en bicicleta por tiempo prolongado. Estas acciones provocan el crecimiento invertido del pelo o rotura del folículo, donde el cuerpo identifica a esté pelo como un elemento extraño. Como consecuencia, lo encapsula y rodea de material purulento, provocando el sinus pilonidal.

¿Cómo se trata una fístula sacra o quiste pilonidal?

Cuando está en fase de absceso, el tratamiento debe ser darle salida al pus (drenar el absceso) y con posterioridad cuando haya bajado la inflamación, localizar todo el trayecto fistuloso y realizar una puesta a plano (“convertir un túnel en un barranco”). La cicatrización se produce poco a poco.

Cuando el paciente llega a la consulta con un absceso, el tratamiento comienza con el drenaje del mismo, una pequeña intervención que se realiza con anestesia local y el dolor desaparece prácticamente en su totalidad al reducirse la presión causada por el pus. Si la fístula no ha provocado absceso, o una vez haya bajado la inflamación del mismo (unos días después del drenaje), el tratamiento consiste en una pequeña intervención quirúrgica ambulatoria, también con anestesia local y sin ingreso, prácticamente indolora.

En el caso de fístulas anales complejas puede ser necesaria más de una intervención, ya que inicialmente se pasaría un setón (sedal) y posteriormente se pondría a plano en una o varias actuaciones quirúrgicas. Suele ser habitual un mínimo de tres controles o curas que si bien pueden ser molestas suelen ser indoloras.

Algunas recomendaciones para prevenir la aparición de un quiste pilonidal

  • Evitar la ropa muy ajustada
  • Si necesitas estar sentado durante más de hora y media seguida por trabajo o estudio, tratar de dar un pequeño paseo para aliviar la zona.
  • Ducharse con regularidad enjabonando bien el cuerpo y evitando que queden restos del mismo
  • Prevenir el sobrepeso (en caso de que exista,  realizar un programa de adelgazamiento con una dieta o actividad física diaria).

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