El Dolor en el recto está vinculado a la ansiedad y el estrés podemos padecer unas patologías atípicas difíciles de diagnosticar.

La patología proctológica más conocida son las hemorroides y puede que también nos suene la fisura anal pero este tipo de enfermedades no son precisamente un tema de conversación frecuente en la sobremesa.

Por tanto si sufrimos de dolores en la zona anal y están descartadas las patologías más frecuentes en esta zona, tal vez estemos en una situación bastante incómoda (¡en todos los sentidos!). Por un lado, sufrir dolor en la zona del recto es muy desagradable y por otro lado, cualquier dolor no diagnosticado nos crea angustia ya que podemos ponernos en lo peor y pensar que tenemos una patología maligna.

Lo cierto es que existen dos patologías prácticamente desconocidas que provocan dolor en la zona del recto y/o del ano. Estas patologías están más presentes en personas ansiosas y pueden estar vinculadas al estrés. Se trata del “síndrome del elevador” y de la “proctalgia fugaz”.

 

Síndrome del Elevador

El paciente refiere una sensación de presión dolorosa en el interior de canal anal y recto, de ocupación del mismo y ardor. Puede irradiarse hacia las nalgas, parte baja del abdomen o las piernas. Típicamente empeora al sentarse y a menudo los pacientes describen la sensación de sentarse “sobre una pelota”.

También puede molestar al defecar y parece aliviarse al estar de pie o tumbado. Suele incomodar y preocupar mucho al paciente, ya que a menudo llevan una larga temporada padeciéndolo y no han recibido un diagnóstico.

A la exploración (haciendo un tacto rectal) el paciente notará dolor a la palpación del músculo elevador del ano, sobre todo en el lado izquierdo.

El elevador del ano es un músculo situado en la pelvis, formado a su vez por tres músculos o fascículos: el puborrectal, el pubococcígeo y el ileococcígeo. Todos juntos actúan como esfínter a nivel del canal anal y suelo pélvico.

Se piensa que el síndrome del elevador se produce por una contractura o espasmo de este músculo, especialmente el fascículo puborrectal, que da la vuelta alrededor de la pared posterior del canal anal. En las pruebas diagnósticas no suelen encontrarse alteraciones que lo expliquen. Las causas de este síndrome no son totalmente conocidas.

En muchas ocasiones se relaciona con periodos de estrés, siendo este también un agravante de la enfermedad. También con intervenciones o procesos inflamatorios o infecciosos de la zona pélvica. Se cree que puede afectar en torno al 6% de adultos (especialmente mujeres de mediana edad), aunque este porcentaje puede ser mayor, ya que está infradiagnosticado. Es una patología benigna.

Tratamiento

El tratamiento inicial se hace durante la exploración. Por medio de un tacto rectal, traccionaremos el músculo, lo cual muchas veces alivia la contractura. Posteriormente, se prescribirá calor local (por medio de baños de asiento tibios), analgésicos y un relajante muscular, como el diazepam.

En ocasiones puede ser de utilidad realizar infiltraciones con anestesia local y corticoides directamente en el músculo para aliviar los síntomas.

Existen otros métodos terapéuticos, como el biofeedback y la estimulación electrogalvánica, que pueden ser de utilidad en casos rebeldes o crónicos.

Conviene mencionar que desgraciadamente esta patología muchas veces puede volverse crónica y tener recaídas a pesar de las múltiples opciones de tratamiento.

Proctalgia Fugaz

Es una patología benigna de causa desconocida, aunque parece estar producida por espasmos de la musculatura del suelo pélvico o del esfínter anal interno. A veces puede acompañarse de una hipertrofia del esfínter anal interno. Puede afectar a un 4-14% de la población. Como el síndrome del elevador suele ser más frecuente en pacientes ansiosos o hipocondriacos.

Se trata de episodios recurrentes de dolor localizados en ano o recto inferior, severos, con una duración de segundos a minutos, que aparecen de forma repentina, a veces durante la noche. Habitualmente desaparece solo y típicamente no hay dolor entre los episodios.

Tratamiento

Debido al carácter episódico, no tiene tratamiento concreto. Se podría usar analgesia, baños de agua tibia y algún relajante muscular, aunque habitualmente la crisis termina antes de poder tomar ningún tratamiento.

¿Cómo puedo diferenciar el dolor de estas patologías con el de otras patologías proctológicas?

El dolor de estas dos patologías, al ser provocado por una contractura muscular interna, puede ser difícil de describir, al contrario que las patologías proctológicas más típicas, en las que el dolor suele ser externo y con frecuencia se acompaña de otros síntomas.

En general las hemorroides no son dolorosas (su síntoma más típico es el sangrado), mientras que las fisuras anales suelen ser muy dolorosas, sobre todo durante y después de la defecación.

En cualquier caso, lo recomendable es acudir a un centro especializado en Proctología (enfermedades del recto y la zona anal) y salir de dudas.

No permitas que la vergüenza te quite calidad de vida.